
Sin lugar a dudas una de las innovaciones que mayor impacto ha causado en la música popular dominicana es el llamado "mambo" o "merengue de calle". Por supuesto, es la nueva apropiación que hacen los jóvenes de las clases populares de un ritmo tan tradicional y significativo en las identidades dominicanas como el merengue. Surge en los barrios de la parte alta de la capital fusionando merengue con los redoblantes guloyas -que es también música de carnaval- y rap.
“Ya e’ de día
La misma porquería
No le cogemo’ esa a ningún policía
Oye María, quítateme de la vía
Muevelo María, que eta vaina e’ mía
Ya ‘ta bueno de tanta palomería
Ya ‘ta bueno, vamo’ a hacé una avería.”
¿Pero qué significa el “mambo” para los jóvenes del barrio?
Con base en la corriente teórica de Laclau y Mouffe, el investigador sobre música popular Pablo Vila sostiene que: “la música popular es un tipo particular de artefacto cultural que provee a la gente de diferentes elementos, que tales personas utilizarían en la construcción de sus identidades sociales. De esta manera, el sonido, las letras y las interpretaciones, por un lado, ofrecen maneras de ser y de comportarse, y por el otro, modelos de satisfacción psíquica y emocional”. [1]
Este estilo musical es muy diferente al merengue tradicional, de letras románticas y costumbristas. Estos jóvenes han creado una nueva forma de expresarse y ser visibles mezclando sus elementos culturales: la música guloya de carnaval, el merengue – sound track de la vida del dominicano- y la cultura callejera hip hop. Una música que les habla hasta de la forma particular de enamorarse en el barrio. De cómo el muchacho seduce a la chica, de cómo le “da cotorra”. “No e’ con belleza, hay que ta’ sobrao’ en piquete”- dicen. O de cómo hay que estar “vivo” para poder sobrevivir, dado que la vida no la tienen fácil.
Se puede decir que el merengue urbano resulta fascinante -sobre todo para los jóvenes- porque con todos sus elementos diferenciadores del resto de la sociedad, articula una subcultura urbana que refuerza lo que los jóvenes narran sobre ellos mismos. Describen características particulares que poseen o que desean, no sólo como colectivo, sino también como individuos.
[1] Vila, Pablo. Artículo “Música e identidad: la capacidad interpeladora y narrativa de los sonidos, las letras y las actuaciones musicales” en el libro “Recepción artística y consumo cultural”.
En foto: Tito Swing. Tomada de www.laparadaurbana.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario